viernes, 25 de septiembre de 2009

Posible acuerdo contra cambio climático en Copenhague.

El mundo podría alcanzar un acuerdo contra el cambio climático en Copenhague, en diciembre próximo, ahora que las negociaciones quedaron desbloqueadas con el cambio de postura de Estados Unidos y China en el tema, consideró hoy el diario Le Monde.

En su editorial "Recalentamiento" de este jueves, el rotativo celebró el trabajo eficaz del secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, para desbloquear las negociaciones climáticas en la 64 Asamblea General del organismo en Nueva York
Tras meses de pláticas infructuosas, "parecía claramente que la adopción de un Tratado en Copenhague, que sustituya al Protocolo de Kyoto, sería casi imposible", pero el asunto pasó "del terreno técnico a la política", indicó
Los principales líderes del mundo respondieron al llamado de Ban: europeos y japoneses plantearon nuevas propuestas sobre la cuestión financiera, mientras los africanos y los Estados insulares olvidaron los discursos contra las naciones industrializadas, refirió.

Pero en este marco de "actitudes abiertas" destacó "una proyección importante" de China, que tomó el compromiso de reducir sus emisiones de gas carbónico de manera notable de aquí a 2020, subrayó el periódico de mayor circulación en Francia.

"Aunque el término `notable´ parece demasiado vago y no implica una reducción absoluta (de gases), las autoridades chinas accedieron a disminuir las emisiones", indicó al recordar que antes no había mostrado tal disposición
Al actuar así, continuó, "Pekín volvió caduco el argumento mucho tiempo formulado por Estados Unidos según el cual no podía hacer nada ante la falta de acciones de China".

Para Le Monde, un acuerdo en Copenhague parece ahora posible en torno a tres ideas: un fuerte compromiso de reducción por parte de países desarrollados y un mecanismo de financiación para que los Estados pobres hagan frente al cambio climático
Finalmente el compromiso de los países emergentes que deberían reducir sus emisiones a largo plazo, señaló y afirmó que a este dispositivo falta Estados Unidos que hasta ahora no se había movido "ni una pulgada".

martes, 22 de septiembre de 2009

Fracaso en acciones para frenar cambio climático podría llevar a una catástrofe irreversible: Barack Obama

El presidente de E.U. habló en la cumbre sobre el calentamiento global de la ONU, pero no no dio a conocer nuevas propuestas de su país que puedan ayudar a un avance para un nuevo pacto internacional.

"La respuesta de nuestra generación a este desafío será juzgada por la historia porque si fracasamos en abordarlo, valientemente, con rapidez y juntos, nos arriesgamos a consignar a las generaciones futuras hacia una catástrofe irreversible" agregó Barack Obama.

Por otro lado, el presidente de China, Hu Jintao, prometió la reducción de la intensidad de las emisiones de carbono en la industria de su país, subrayando el compromiso de Pekín en el combate del cambio climático.

China recortaría la cantidad de gases de efecto invernadero producido por cada dólar de su producto interno bruto en un "notable margen" para el 2020 desde los niveles del 2005, dijo Hu, en un discurso preparado para el encuentro.

De su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, urgió a los líderes mundiales a aprobar el acuerdo de Copenhague que refuerza la lucha contra el cambio climático, en lo que calificó como una "prueba de liderazgo".

"Hoy pido a los líderes de los países industrializados que están aquí que den el primer paso. Si lo hacen, los demás les seguirán. Y a los de los países en desarrollo les pido que aceleren sus esfuerzos", indicó Ban en la apertura de la conferencia mundial sobre el cambio climático que reúne a los 192 países de la ONU.

Ban les advirtió que su "fracaso en lograr un acuerdo amplio en Copenhague será inexcusable a nivel moral, económicamente miope y poco sabio políticamente".

Las negociaciones de cara a la cumbre sobre el cambio climático que tendrá lugar en Copenhague en diciembre próximo, que están encaminadas a cerrar un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto cuando venza en 2012, avanzan a un ritmo muy lento, "glaciar", según calificó el mismo Ban.

"Estas negociaciones avanzan a una velocidad glaciar. Los grandes glaciares del mundo desaparecen más rápido que los progresos humanos para protegerlos", dijo Ban, en un tono inusualmente más firme y duro de lo habitual.

En este ámbito se están produciendo las mismas habituales diferencias e intercambios de responsabilidades entre países industrializados y en desarrollo, ya que no se ponen de acuerdo sobre cómo distribuir la reducción de emisiones de gases contaminantes que producen el efecto invernadero.

Además, las naciones menos desarrolladas quieren que las más ricas contribuyan con elevada financiación a sus esfuerzos por reducir esas emisiones, fundamentalmente de dióxido de carbono.

El responsable de Naciones Unidas pidió a industrializados y en desarrollo que "en vez de estar pidiéndose concesiones unos a otros, vean la manera en que pueden contribuir a un bien mayor. Un acuerdo exitoso en Copenhague significará más prosperidad, seguridad y equidad para todos".

Para abrir los debates, Naciones Unidas tuvo una presentación interactiva, realizada por el actor francés Djimon Hounsou, dos veces nominado a los premios Óscar y protagonista de exitosos filmes como 'Amistad' y 'Blood Diamond' ('Diamante de sangre'), así como por un grupo de niños.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Salvar el Planeta, Ahorrando (I)



El ayudar en la conservación de nuestro planeta puede generarle ahorros significativos en su factura de electricidad, a continuación algunas sugerencias que le ayudarán a ahorrar y harán que ayude a nuestro planeta.

• Cambie los bombillos de su casa y oficina por bombillos ahorradores.

• Haga una costumbre verificar las luces y artefactos que no se encuentren en uso. Solo encienda las luces de los sitios donde hay personas. Si llega a necesitar tener un sitio iluminado aún cuando no se encuentre nadie en el sitio, entonces cambie el bombillo por uno de menor capacidad; tendrá una luz de menor intensidad pero ahorrara energía y por supuesto la factura eléctrica reflejará este ahorro.

En el caso de los artefactos, los que no estén en uso desconéctelos. Muchos artefactos (Cargadores de celular, DVD, televisores, etc) continúan consumiendo energía a pesar de estar apagados.

• Trate de ambientar los diferentes sitios de su casa y oficina con colores claros en las paredes, utilice cortinas que permitan dejar pasar la luz. De esta manera necesitara tener menos tiempo las luces encendidas.

• En los lugares donde se encuentre varios bombillos o lámparas, trate de utilizar solo los necesarios para tener una iluminación aceptable. Hay ambientes de su casa u oficina donde hay lámparas de varios bombillos, o hay instaladas varias lámparas, que en realidad tienen es una función decorativa, pues la iluminación necesaria puede obtenerse con un numero mucho menor de bombillos o lámparas.

• El calor acumulado de la plancha puede servirte para continuar la actividad unos 5-10 minutos más, desconecta la plancha cuando te falte poca ropa que planchar.

• Trate de adquirir aires acondicionados de alta eficiencia y en el caso de tener ya un aire acondicionado y no ser de alta eficiencia, trate de cambiarlo a la brevedad posible.

Igualmente trate de encender el aire unos minutos antes de que usted vaya a estar en el área, pero enciendalo y manténgalo en una temperatura intermedia. Si programa su aire en una temperatura muy fría (16 grados), la unidad no dejará de enfriar en ningún momento. Mientras que programándolo en una temperatura intermedia, la unidad se esforzará hasta llegar a la temperatura deseada y después solo se encenderá para mantener la temperatura seleccionada.

• La nevera debe ser instalada en un sitio bien ventilado, preferiblemente en un sitio donde no le lleguen los rayos solares y de cualquier fuente de calor. Es muy importante que de ser posible mantenga retirada la nevera unos 10 cms. con respecto a la pared en cualquiera de sus costados. De esta manera aumentará la ventilación que necesita la nevera y se incrementará la eficiencia de la misma sin aumentar el consumo de energía.

Preocúpese de mantener la puerta bien cerrada. Cuando abra la puerta de la nevera, trate de no abrirla completamente para evitar que se pierda la climatización por completo. Otro consejo de gran importancia es el no introducir en la nevera alimentos calientes. Espere que estén fríos y luego guárdelos en la nevera.

• Revise cuidadosamente las especificaciones técnicas de cada aparato eléctrico que vaya a comprar. Siempre seleccione artefactos de alta eficiencia y bajo consumo.

• Intente hacer una guía de sus programas de televisión favoritos, de esa manera evitará dejar encendido el televisor por períodos prolongados a la espera de que comience un programa que desee ver.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Los anticonceptivos, un nuevo aliado para luchar contra el cambio climático

Los anticonceptivos tienen ahora una nueva función vital para el planeta: frenar la presión demográfica sobre el medio ambiente y colaborar en la lucha contra el cambio climático.

Así lo asegura hoy un editorial de la revista médica “The Lancet”, que explica que la generalización de programas de contracepción en los países con menos recursos y la mejora de los ya existentes en los países desarrollados podría reducir significativamente los 76 millones de embarazos no deseados que tienen lugar cada año en el mundo.

De este modo, se argumenta, se conseguiría estabilizar el incremento de la población y dar un respiro a la Tierra, que cada vez dispone de menos recursos naturales.

“Los países en vías de desarrollo son los que más van a sufrir los efectos del cambio climático y la escasez de agua y alimentos, debido a sus altas tasas de natalidad”, indica “The Lancet”.

Según la publicación, cerca de 200 millones de mujeres en todo el mundo desean hacer uso de anticonceptivos, pero no disponen de los medios para hacerse con ellos, ya sea por barreras económicas, ideológicas o religiosas.

En este sentido, el editorial advierte de que, más allá de las creencias individuales, “la contracepción ha entrado ahora en otro territorio, el de combatir la crisis medioambiental“.

El artículo revela que un estudio que será publicado próximamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) evidencia que 37 de 40 de los países menos desarrollados relacionan directamente el aumento demográfico y el cambio climático, pero que sólo seis de ellos reconocen la planificación familiar como una estrategia clave para luchar contra este fenómeno meteorológico.

Esto se debe, prosigue el editorial, a que la planificación familiar depende administrativamente de los ministerios de Sanidad y a que no ha sido considerada hasta ahora como un factor decisivo para los responsables de las políticas de medio ambiente.

Por ello, denuncia que en las medidas que se están tomando en la actualidad para combatir el cambio climático no se está dando al control de la natalidad la atención que merece.

Y concluye: “La conferencia sobre el cambio climático que tendrá lugar a finales de año en Copenhague es un marco perfecto para reconocer la importancia de mejorar la salud reproductiva y construir una nueva táctica contra el cambio climático basada en los seres humanos”.


miércoles, 16 de septiembre de 2009

Se enciende alarma por el deshielo del Ártico



El proyecto Artic Tipping Points (ATP, Cambios Bruscos en el Ártico) ha constatado que una masa de agua cálida provoca la fusión rápida del hielo en el Ártico.

En el Ártico se espera un aumento de temperatura de hasta nueve grados centígrados durante el actual siglo XXI y esta zona del Polo Norte podría quedar libre de hielo en verano en apenas un par de décadas.

Bastan calentamientos de 3ºC y 5ºC para desencadenar cambios bruscos en estos ecosistemas. Son algunas de las conclusiones del equipo internacional que ha participado en la primera campaña oceanográfica en el Ártico del proyecto Artic Tipping Points (ATP, Cambios Bruscos en el Ártico).


lunes, 14 de septiembre de 2009

El cambio climático en Colombia

El mundo se estremece. Soplan grandes vientos de cambio en la naturaleza de toda la Tierra. Es el calentamiento global. Colombia, que es un pulmón del planeta, está igualmente amenazada. Visión de nuestro futuro, en diagnóstico de expertos.

Durante el siglo veinte se extinguieron ocho nevados colombianos. Las nieves del Puracé, Sotará, Galeras, Chiles, Pan de Azúcar, Quindío, Cisne y Cumbal son apenas recuerdos. Sólo quedan seis nevados y tienen los años contados.

Aunque los cambios climáticos han sido una constante en la historia de la Tierra, el que estamos viviendo ha sido atribuido a la actividad del hombre. Y existen evidencias de que está afectando a Colombia, particularmente desde la segunda mitad del siglo veinte.

Se ha demostrado un incremento de la temperatura media anual del aire a un ritmo de 0,1 a 0,2 grados centígrados por década. Las precipitaciones han variado: en unas zonas aumenta y en otras disminuye en un rango que oscila entre el –4 y el +6 por ciento por década.

Desde hace varios decenios los nevados experimentan una pérdida considerable de su masa de hielo, y ya varios nevados colombianos se extinguieron durante el siglo pasado. En las costas el nivel del mar ha aumentado a razón de dos milímetros por año. Y en materia de salud humana el dengue ha encontrado ambientes propicios para su proliferación donde antes no existía.

El clima

Según los estudios sobre el clima en estaciones meteorológicas de todo el territorio nacional, hay una tendencia al incremento de las precipitaciones en lugares como Santa Marta, Medellín, Quibdó, Puerto Carreño y Neiva, mientras que en el suroccidente han disminuido, por ejemplo en zonas de la cordillera Oriental (Bogotá, Bucaramanga y Cúcuta) y en la isla de San Andrés. El aumento de precipitaciones es de alta intensidad (aguaceros y tormentas).

En cuanto a la temperatura, hay una propensión al aumento de las máximas y las mínimas, lo que quiere decir que tanto las noches como los días son más calientes.

En el altiplano cundiboyacense tienden a disminuir los períodos fríos o heladas en las horas de la noche y de la madrugada. Las últimas heladas del altiplano corresponden más a efectos del fenómeno de “El Niño”.

Los nevados

Durante el siglo pasado se extinguieron ocho nevados colombianos: Puracé (1940), Sotará (1948), Galeras (1948), Chiles (1950), Pan de Azúcar (1960), Quindío (1960), Cisne (1960), Cumbal (1985).

Los seis nevados actuales (Ruiz, Santa Isabel, Tolima, Huila, Sierra Nevada de El Cocuy y Sierra Nevada de Santa Marta) presentan un derretimiento constante muy marcado en las últimas décadas. Esta pérdida se asocia con el aumento térmico global, resultado a su vez de la acumulación de gases de efecto invernadero. De hecho, Colombia ha perdido en el último medio siglo el cincuenta por ciento de su área glaciar. Cabe recordar que en el Ruiz se llevaron a cabo campeonatos suramericanos de esquí hasta 1958.

De las décadas de 1940 a 1980 las pérdidas de área fueron de uno por ciento anual, mientras que hoy son de dos a tres por ciento. A este ritmo, en dos o tres décadas tendrá Colombia muy poca cobertura de nieve. Es como mantener un grifo de agua abierto. Y el problema será más grave cuando exista un área mínima de nevados y las poblaciones de alta montaña se afecten por la disminución del caudal de los ríos. Y además será una gran pérdida no ver en nuestras cumbres montañosas tan hermoso y único paisaje, ya que culturalmente está muy arraigada la idea de la montaña nevada.

Los glaciares son excelentes indicadores de cambio climático por su rápida y fiel respuesta a las alteraciones de la atmósfera, y los glaciares ecuatoriales como los de Colombia representan un ecosistema único por su rareza y dinámica.

Junto con los nevados, los páramos son también vulnerables a los cambios climáticos, y se prevé una pérdida de la regulación hídrica de alta montaña. Las lagunas pequeñas de páramo, propias de ese ecosistema, tienden a desaparecer. El aumento térmico está causando, desde hace algunas décadas, que el páramo no sea tan frío y por lo tanto resulte apetecido para las labores agrícolas, con la consecuente ampliación de la frontera agrícola.

El nivel del mar

Hay evidencias claras de un ascenso lento pero progresivo del nivel del mar desde finales del siglo pasado, a razón de aproximadamente dos milímetros por año. Este proceso representa una amenaza para las costas y las islas colombianas por la posible inundación de zonas bajas y la erosión y el retroceso de las playas, entre otros impactos.

Estudios recientes muestran que en los próximos cien años en los litorales colombianos es posible la inundación permanente de casi 5.000 kilómetros cuadrados de costas bajas, así como el encharcamiento fuerte o el total anegamiento de 5.100 kilómetros cuadrados. En estas áreas se verán principalmente afectadas las playas y las marismas de mangle, tanto por la erosión como por la inundación marina. Se afectarán aproximadamente 1,4 millones de personas, las actividades económicas y la infraestructura vital de las costas.

En el litoral caribe colombiano se evidencia un retroceso generalizado de la línea de costa, atribuible en la mayoría de los casos al avance del mar por el ascenso de nivel, representado en erosión de playas y socavación principalmente. En el litoral del Pacífico, y en particular en los extensos acantilados de la costa del Chocó, ocurren actualmente procesos de erosión de playas y manglares.

El ascenso del nivel del mar puede causar la inundación de planicies y pantanos costeros y el represamiento del drenaje natural y artificial, y esto significará el aumento del nivel en las marismas asociadas a las ciénagas costeras, en algunas de la cuales se han levantado barrios marginales que serían inundados, como en Cartagena, Turbo, Buenaventura, Satinga y Tumaco. También ocurriría el represamiento del sistema de alcantarillado, construido al nivel del mar actual, que provocaría graves problemas de salubridad para las poblaciones.

En las playas el ascenso del mar las destruirá paulatinamente, como hoy ocurre en Puerto Colombia y Salahonda; otras se reducirán y retrocederán hacia tierra adentro, como sucede ya en los departamentos de Bolívar, Sucre, Atlántico y Chocó.
Los sistemas coralinos, como los de las islas del Rosario y San Bernardo, pueden perder sus funciones ecológicas y hasta ser destruidos si aumenta su deterioro por la continua explotación de las formaciones de arrecifes y la contaminación de las aguas locales por residuos industriales y urbanos, como en las islas del Rosario por los sedimentos arrojados por el Canal del Dique. La zona insular del archipiélago de San Andrés y Providencia, con su extenso arrecife coralino, podría sufrir notables impactos por el cambio climático. Uno de ellos, la inundación por el ascenso del nivel del mar, puede representar el anegamiento del 10,1 por ciento de la isla de San Andrés y del 3,8 por ciento de Providencia y Santa Catalina.
El cambio climático también puede traer un incremento del número y de la intensidad de los huracanes y los mares de leva, con daños y desastres en las zonas costeras.
La desertificación

En la actualidad uno de los problemas más relevantes a escala global es la desertificación, es decir, la degradación de suelos y tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, resultantes de diversos factores tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas.

Según los estudios desarrollados por el Ideam, Colombia posee 24'534.200 hectáreas en ecosistemas de zonas secas (21,5 por ciento del país), de las cuales 19'351.000 padecen desertificación (16,95 por ciento del país). Los zonas secas colombianas abarcan una gran variedad de ecosistemas que van desde los páramos de las partes más altas de las cordilleras a 3.000 metros sobre el nivel del mar, hasta los manglares de la Costa Caribe. De esas regiones también forman parte ecosistemas de sabana, bosques secos tropicales, zonas inundables y bosques de galería.

Las zonas que presentan procesos de desertificación padecen bajos volúmenes de precipitaciones, y por ello una reducción aun mayor de las lluvias puede causar un desequilibrio hídrico agudo que acelere el proceso de degradación de los suelos, perjudique los sistemas de producción de la tierra y repercuta regionalmente en la intensidad y la frecuencia de eventos catastróficos.

De igual forma la desertificación por causa de la deforestación y la erosión puede incidir en el cambio climático al liberarse los depósitos de carbono orgánico e inorgánico de la vegetación y los suelos.

En los ecosistemas secos colombianos se encuentra una importante concentración de asentamientos humanos con sus correspondientes actividades socioeconómicas: el 63 por ciento de los cascos urbanos está en ellos, y el 47,5 por ciento en zonas de desertificación. Además se destaca la agricultura como uno de los sectores económicos más expuestos a la desertificación, pues la mayoría de los distritos de riego está en las áreas afectadas por este fenómeno.

La salud

En la comunidad internacional existe preocupación por la forma en que los aumentos de la temperatura y las modificaciones del régimen de precipitaciones por los cambios climáticos puedan incidir en las enfermedades transmitidas por vectores y que estas patologías encuentren nuevas áreas donde logren asentarse y proliferar.

Colombia como país tropical es un escenario propicio para muchas enfermedades transmitidas por vectores. Concretamente la malaria y el dengue pueden encontrar nuevos espacios en la medida en que los vectores logren acomodarse a los cambios climáticas. Hay que diferenciar entre las dos patologías: la malaria es producida por parásitos (plasmodios) y el dengue por un virus de cuatro serotipos. También existen diferencias entre estas dos enfermedades: la malaria se presenta comúnmente en áreas rurales, y el dengue en áreas urbanas. Los vectores también son diferentes: los mosquitos de las especies anofeles son los transmisores de la malaria, y el Aedes aeghypti el responsable de transmitir el dengue.

Los vectores de dengue encuentran como temperatura ideal para la transmisión los 24 grados centígrados, y resulta inquietante que una ciudad tan populosa como Medellín esté al borde de alcanzar esa temperatura promedio y propiciar así la mayor presencia del vector y el aumento de los brotes de la enfermedad.

El dengue se ha caracterizado en los últimos años por una mayor presencia en municipios de vertiente de cordillera, a causa del aumento de la temperatura. Un municipio como Fusagasugá, que antes de 1997 no presentaba la enfermedad, hoy normalmente reporta epidemias de hasta trescientos casos.

Los efectos sobre la malaria son más difíciles de calcular por los muy diversos factores sociales y ambientales que intervienen, pero se ha determinado que aumentos de sólo un grado centígrado, como sucedió por el fenómeno de “El Niño”, potencian la capacidad de transmisión de los vectores. También se ha establecido que en zonas hiperendémicas, incrementos de la precipitación de apenas un veinte por ciento se reflejan en el aumento de los picos tradicionales de la enfermedad.

Otros elementos nocivos de los cambios climáticos, como las olas de calor soportadas recientemente en Colombia, pueden incrementar los accidentes cardiovasculares.

El panorama del calentamiento global en Colombia es bastante preocupante, y eso que nos hemos limitado a sólo cinco sectores. En realidad, la destrucción ya empezó.

¡350! Únete a la acción

Según las últimas investigaciones científicas, 350 partículas por millón (ppm) es la cantidad máxima de CO2 que la atmósfera debe contener si queremos frenar el cambio climático. Y “350.org” es el nombre de una campaña internacional contra el cambio climático, creada por un grupo de gente joven de distintos países, que pretende animar a personas de todo el mundo a tomar iniciativas en la lucha contra el cambio climático a través de diversas acciones.

Actualmente se encuentran registradas en su página web más de 1.300 acciones a lo largo de todo el mundo. El objetivo de esta iniciativa consiste en reunir el mayor número de acciones el día 24 de octubre de este año, para conseguir soluciones climáticas basadas en la ciencia y la justicia.

Se ha elegido el 24 de octubre como fecha para la acción porque es una fecha 6 semanas antes de la celebración de la COP 15 (Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático). Se pretende que el éxito de la actuación de lugar a la reflexión y se consiga que la cantidad de carbono en la atmósfera sea de 350 partes por millón y no de 387, como en la actualidad.

Todos podemos participar en la iniciativa de “350” registrando un evento para el día 24 de octubre en la siguiente dirección: http://www.350.org/es
En la página nos dan ideas sobre qué podemos hacer. ¡Unámonos para frenar el cambio climático!

domingo, 13 de septiembre de 2009

Luz Verde a la Vida!

Las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano están ya cambiando los patrones de precipitaciones en el planeta.

Los científicos lo han detectado por primera vez.

En el siglo XX aumentaron las precipitaciones en las latitudes medias del hemisferio Norte y disminuyeron en las regiones subtropicales y tropicales; sin embargo, en los trópicos y subtrópicos del Sur ha aumentado la humedad.

Estos cambios “no pueden explicarse si se intenta ignorar el efecto del cambio climático inducido por el hombre y, además, pueden haber tenido ya efectos significativos en los ecosistemas, la agricultura y la salud humana en regiones que son sensibles a los cambios de las precipitaciones, como el Sahel”, afirman los autores de la investigación en el próximo numero de la revista Nature, que se publica este jueves.

Son ocho especialistas de los más prestigiosos institutos de investigación del clima de Canadá, EE UU, Europa y Japón.

Los científicos habían encontrado ya señales claras del cambio climático en marcha, como el aumento de la temperatura media en la superficie terrestre, variaciones en la temperatura atmosférica y el calentamiento del océano.

Pero hasta ahora no habían podido distinguir cambios significativos en los patrones de precipitaciones a escala planetaria, aunque las simulaciones del clima en computador, herramienta esencial en esta ciencia, ya los anunciaban.

El problema para detectar este tipo de firma del cambio climático a escala global, explican los expertos, es que las variaciones en las lluvias de una zona a otra, de temporada en temporada y de año en año, se cancelan unas con otras y es muy delicado aislar una tendencia clara, como han hecho ahora Xuebin Zhang (División de Investigación del Clima, Canadá) y sus colegas.

Los científicos no están estudiando unas lluvias torrenciales concretas en una región determinada, sino la tendencia de los patrones de lluvias a lo largo del siglo XX.

En concreto, han analizado series de datos de precipitaciones mensuales de dos periodos (1925-1999 y 1950-1999) para detectar la tendencia del cambio.

Los cambios se han medido respecto a la media de precipitaciones de 1961-1990.

Con la información han compuesto un mapa del globo terráqueo de grandes bandas latitudinales (de 10 grados de ancho) en las que identifican esta nueva huella, a gran escala, del cambio climático asociada a las precipitaciones.

Al comparar la tendencia de las lluvias registradas en esas series de años con las simulaciones climáticas -en las que pueden incorporar o no los gases de efecto invernadero generados por la acción humana para diferenciar su influencia-, los expertos concluyen que los cambios observados en las precipitaciones no se pueden explicar atendiendo únicamente a la variabilidad natural del clima.

El efecto de los altibajos normales, no forzados por las emisiones humanas, “es demasiado pequeño”, concluyen, para explicar la evolución de las lluvias en el planeta en las últimas décadas.

Este tipo de investigación permite a los científicos concluir en Nature que el cambio climático inducido por la actividad humana es responsable de entre el 50% y el 85% del aumento de las lluvias detectado en los territorios comprendidos entre los 40 y los 70 grados de latitud Norte.

Asimismo, cabe adjudicar a las emisiones de efecto invernadero artificiales entre el 20% y el 40% de la tendencia a la sequía registrada en las zonas tropicales y subtropicales del mismo hemisferio septentrional y de la mayor parte de la tendencia al incremento de la humedad en los trópicos y subtrópicos del hemisferio Sur.